29.8.10


Clasificación de los posibles ellos según ellas:


a. Tierno y sensible pero a veces muy aburrido.


b. Muy inteligente, pero egoista.


c. Egocéntrico y sobrador pero bueno en la cama.


d. Divertido y se lleva bien con todos, pero no me da mucha bola a mi.


e. Perfecto en todo pero malo en la cama.


f. Perfecto en todo pero malo en la cama (y se cree buenísimo).


g. Yo lo amo, pero sus prioridades son: Su vieja, Racing y muy después yo.


h. Es lindo,sabe escuchar y es muy atento, pero está obsesionado conmigo y se vuelve pesado.


i. Es divino y me cuida, pero se viste para el culo y me da vergüenza sacarlo a la calle.


j. Toda la facha, sex appeal,cogemos increible, pero la fidelidad le dura una semana.


k. Le pone toda la onda pero no se le para del todo.


l. Está todo bien pero me molesta cuando se pone a hablar de mamá.


ll. Sabe cuándo estoy mal y respeta mis tiempos, además tiene mucha guita, pero se ríe ridículo y es medio facho.


m. es mi alma gemela pero es gay.


n. lo amo pero es un dibujito animado/personaje de tv.


Clasificación de las posibles ellas según ellos:


a. Le doy.


b. No le doy.


c. La amo.

15.8.10

RETNA





"Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que sólo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá."

13.8.10


This little treatise on the lovely language we share is only for the brave.
It was passed on by a linguist, original author unknown.
Peruse at your leisure, English lovers.

Reasons why the English language is so hard to learn:

1. The bandage was wound around the wound.
2. The farm was used to produce produce.
3. The dump was so full that is had to refuse more refuse.
4. We must polish the Polish furniture.
5. He could lead if he would get the lead out.
6. The soldier decided to desert his dessert in the desert.
7. Since there is no time like the present, he thought it was time to present the present.
8. A bass was painted on the head of the bass drum.
9. When shot at, the dove dove into the bushes.
10. I did not object to the object.
11. The insurance was invalid for the invalid.
12. There was a row among the oarsman about how to row.
13. They were too close to the door to close it.
14. The buck does funny things when the does are present.
15. A seamstress and a sewer fell down into a sewer line.
16. To help with planting, the farmer taught his sow to sow.
17. The wind was too strong to wind the sail.
18. After a number of injections my jaw got number.
19. Upon seeing the tear in the painting, I shed a tear.
20. I had to subject the subject to a series of tests.
21. How can I intimate this to my most intimate friend?

Let's face it - English is a crazy language.
There is no egg in eggplant, nor ham in hamburger; neither apple nor pine in pineapple. English muffins weren't invented in England or French fries in France. Sweetmeats are candies while sweetbreads, which aren't sweet, are meat.
We take English for granted, but if we explore its paradoxes, we find that quicksand can work slowly, boxing rings are square and a guinea pig is neither from Guinea nor is it a pig.
And why is it that writers write, but fingers don't fing, rocers don't groce and hammers don't ham? If the plural of tooth is teeth, why isn't the plural of booth beeth? One goose, two geese, so one mouse, two meese? One index, two indices?
Doesn't it seem crazy that you can make amends but not one amend? If you have a bunch of odds and ends and get rid of all but one of them, what do you call it?
If teachers taught, why didn't preachers praught? If a vegetarian eats vegetables, what does a humanitarian eat?
Sometimes I think all the English speakers should be committed to an asylum for the verbally insane. In what language do people recite at a play and play at a recital? Ship by truck and send cargo by ship? Have noses that run and feet that smell? How can a slim chance and a fat chance be the same, while a wise man and a wise guy are opposites? You can marvel at the unique lunacy of a language in which your house can burn up as it burns down, in which you fill in a form by filling it out and in which an alarm goes off by going on.
English was invented by people, not computers, and it reflects the creativity of the human race, which of course, is not a race at all. That is why, when the stars are out, they arevisible, but when the lights are out, they are invisible.


PS: Why doesn't "Buick" rhyme with "Quick"?

4.8.10

Erótica


Los profesores del deseo
Por: Soledad Barruti y Violeta Gorodischer

Clases de seducción, de beso y de fellatio. Pero también de masturbación, de sadomasoquismo, de uso de adminículos diversos y hasta de actuación porno. Los profesores del deseo proliferan en Buenos Aires y tienen alumnos para todos los gustos.

Circulan por Buenos Aires desde hace meses y son parte del mismo fenómeno que puso a Alessandra Rampolla en lo más alto del rating del cable: la necesidad de la gente común de aprender todo lo que haya a disposición en materia de sexo. Una masturbadora profesional, otra experta en juguetitos sexuales, dos en seducción, una ama del sado, otra que es porno star y uno que se conoce como autoridad en materia de besos. La troupe de los profe, sex vernáculos que caminan unidos en pos de un mismo mensaje: hay que gozar, gozar y gozar (¿que se acaba el mundo?). El planteo, al menos, parece simple. Está el profesor, están los alumnos y está el contrato implícito de la educación clásica: los que enseñan saben, los otros no. Pero, ¿hay parámetros comunes a todos? ¿Hay nuevos profesores porque hay nuevas técnicas? ¿Quién da por aprobada la lección y cómo se corrobora lo aprendido? Preguntas, preguntas y más preguntas. Lo único cierto es que el sexo está sobre el tapete. O sobre la cama. O sobre la mesa de disección.

Adminiculos sexuales para amas de casa. Desde el Tupper
La flor de mi secreto: vibradores “no agresivos”.

Los encuentros de Tupper Sex organizados desde hace un año fueron recibidos en diversos medios como “la nueva revolución sexual”. Su idea, inspirada en las vicisitudes que plantean las mujeres de Sex & the City, consiste en llevar a los livings ya no las prolijas cajitas de plástico que cierran al vacío sino lo que hasta entonces sólo se conseguía transitando alguna lúgubre galería de Belgrano o porno shops del centro.

¿De qué se trata? De la venta directa de accesorios sexuales revestidos de una pátina cool. Ahí están, sobre una mesa en el restaurante de comida afrodisíaca Te Mataré Ramírez, el consolador fucsia con ojitos y boca a lo Barney, al lado de otro que parece una foca y un tercero que aparenta ser un simpático pingüinito. O el patito amarillo que es potente vibrador y un dúo de margaritas kitsch que cumplen la misma función. Un rosario anal que se llama Félix y también (¿cómo podría ser de otro modo?) tiene cara con sonrisa.

“La idea de las formitas es para acercarlas, porque el estigma del vibrador es tan fuerte y tiene una connotación tan negativa que, si no lo mostrás así, no se animan”, asegura Ana Ottone, dueña e ideóloga de la empresa Sophie Jones. Todo el catálogo está desplegado a la espera de que se largue el encuentro sólo para grupitos de amigas de entre 20 y 60 años. “Todas tenemos algo de ingenua y algo de mujer atrevida”, sugiere entonces, pícara, la mentora antes de comenzar, con dedicación docente, la clase/introducción en materia sex shop.

Tras deslizar que siempre es mejor jugar en pareja antes que masturbarse sola (¿cómo?, ¿no era que...?) y aclarar que hay que dejar volar la imaginación entre reglas (“si eligen las esposas, nunca las usen con alguien que no conozcan mucho, ni se dejen atar por más de 30 minutos”), Ottone hace énfasis una y otra vez en las ventajas de su marca por sobre el resto del mercado: “Son todos de silicona, nada de látex, porque un 40 por ciento de las mujeres son alérgicas” o “las esposas Sofie Jones no lastiman los nervios como puede suceder con las de policía” y “esta crema saborizada sirve como lubricante y no mancha ni pegotea como una Nivea”. Y al fin queda claro por qué hay que pagar casi un ciento por ciento más que en cualquier sex shop: no es sólo por el camuflado bonito de los juguetes sino por el carácter aséptico, pulcro y siempre seguro de la marca, ajena a posibles sustancias y olores, para que las chicas que escucharon con el ceño fruncido que “hay gente que es capaz de meterse cualquier cosa” puedan comprar tranquilas.

Entradas en confianza, Ana pide que pasen, toquen y sientan. Pero parece que la desfachatez alcanzó no más para dejar a las chicas cruzar la puerta: una frente a la otra, nadie se anima a estirar la mano. Y algo similar sucede a la hora de las compras. Ninguna elige el consolador más grande, ese que ameritó más minutos de charla. “Les da morbo. Piensan que van a gozar demasiado y no se lo llevan”, dice Ana. “Pero muchas después me llaman y, cuando no hay nadie, lo vienen a buscar.”

Escuela de sadomasoquismo
Arre, arre, Caballito

Hay veces que sólo “la práctica hace al maestro”. Ahí está entonces, la primera Escuela de Sadomasoquismo Domina Sandra: una casona en penumbras y sin ventanas a la calle en el barrio de Caballito. La encargada de recibir a los alumnos es la Ama Sofía. Cordial cual vendedora inmobiliaria, muestra la sala de tortura light con una cama con soportes para atar o ser atado, látigos de todas las medidas, trajes de cuero y encaje y botas altas con diseño Mujer bonita. Y otra de tortura hard con jaulas y ganchos metálicos y filosos para colgar y retorcer pezones. Cadenas para golpear, prensas para estirar los cuerpos. También una habitación para la lucha y una cuarta donde los hombres pueden volverse mujeres.

En un target que contempla principalmente a hombres (un 90%) de clase media alta o altísima: en un fin de semana acuden desde abogados hasta jueces o gerentes y afines que cuelgan el traje en la puerta de entrada para tomar los cursos intensivos de un mes o de una semana. Lo primero es separarlos. Porque acá hay cursos para dominados, dominantes o transformistas. De todo y para todos ofrece el listado de fantasías domesticadas dispuestas a satisfacer la demanda. “Vamos a enseñarles a jugar. Pero primero me tienen que contar todo. Qué quieren, cuáles son sus límites, del 1 al 10 cuánto aguantan.” Tras una introducción teórica, llega el momento del práctico. El alumno pasa a ser, cuerpito gentil, el cornudo, la mujercita, el sobrino que se portó mal, o el etcétera que prefiera. Fantasías nao tem fim, en esto de recibir torturas, golpes y humillaciones. Suena raro, pero para reforzar la idea, el comentario de un egresado de Domina: “Me quedan dos clases de recuerdos. Uno efímero, materializado por los moretones que adornaron mis redondeces traseras, y otro perenne: la experiencia de haber roto la estúpida barrera entretejida de pudor y prejuicios que hasta ahora me había impedido vivir las sensaciones que siempre quise conocer y nunca me había animado a buscar”.

Protagoniza tu propia porno
Estrellas al desnudo

La porno star vernácula Milena Hot y su director Danilo han creado una mini pyme para enseñar con el ejemplo: cómo ser un porno star y filmar en el intento. El gustito completo ronda los 5 mil pesos. Para una pareja con ese presupuesto, el team Mile-Danilo cuenta con set de filmación profesional, maquillador, peinador y productor-vestuarista, además de un rato de debate para el guión y una charla previa con la mujer de la pareja. Milena sabe que “para que todo salga bien hay que trabajar con ella”. “Voy a enseñarte trucos para que lo sorprendas”, asegurará, consolador en mano. Mostrará también formas de practicar sexo oral “todo sin manos: sólo la boca, los labios, la lengua”. Y después le dará la fórmula de la película perfecta: “Primero oral, después vaginal y anal”. Por último, Milena expondrá las reglas: el uso de preservativos es insorteable y la participación de Milena estará guiada por el director (“porque los que vienen acá son fans de ella y llegan con la idea de doblegarla, entonces la tengo que cuidar”). La confianza al aprendiz de actor (“si no se me para, me muero”) se la da Danilo: “Siempre puede pasar, pero cualquier cosa yo filmo otro cuadro”. Y fin de las reglas, empieza el juego. Una erección dudosa (“siempre pasa”) y un sexo que de tan filmado se vuelve casi mecánico. Algún intento del hombre por romper las reglas (un tirón de pelo a Milena) y una frenada a tiempo. Finalmente, las sonrisas cómplices ante el arengue constante y bajito (“tranqui, chicos, está saliendo bárbaro”). ¿El resultado? Una película no editada, pero dirigida ¿y actuada? a lo profesional.

La profe-sex del tercer milenio
Actividades prácticas

Revelación femenina del know how del sexo porteño, Paola Kullock se jacta de haber creado la primera Escuela de Sexo del país: “Yo soy práctica, hablo de sexo y enseño sexo; cómo complacer, cómo masturbar, cómo hacer sexo oral, cómo ponerse un portaligas, cómo ser una puta”. El target mayoritario de su clientela son mujeres jóvenes y maduras de clase media que van en grupo a sus clases para aprender todo “lo que hay que saber”.

Lo primero que cuenta la entrepreneur es que ella no es sexóloga sino especialista en juegos eróticos, autorizada a explicar “cómo se hace una buena paja”. Masajeando un pene imaginario, les pide a todas que imiten el movimiento mientras tira consejitos. “Lo hago siempre, en cada clase, les encanta; ¿no ves que no sueltan?”, dice mientras las alumnas tocan, preguntan y repreguntan, encubriendo cierta urgencia de aprobación. Deudoras de un discurso donde se sobreentiende que es el hombre el que sabe y ellas las que van a aprender, las mujeres escuchan a la maestra que brinda las pautas “para hacerlo gozar”. Allí están las técnicas infalibles para masturbarlo, o para hacerle una “chupada de lujo”, las posiciones para que se les abra la glotis y no tengan arcadas e incluso trucos por si no les gusta que les acabe en la boca: “Ahí pueden entreabrir los labios para que les chorree, ellos van a pensar que rebalsaron y se van a quedar chochos”. Hay también clases de masaje erótico con modelo vivo, strip tease, baile en el caño y una actividad para parejas denominada “de los cinco sentidos”: “Basta de tanta plumita y tanto sexo tántrico, cortémosla. Yo voy a lo directo: la idea es que se vayan calientes”.

Para levantar sin problemas
Aprendiz de galán

La escuela que hace roncha entre los hombres se llama Seducción Secreta. Iván Rodríguez Duch y Martín Albamonte son los jóvenes mentores de este lugar abierto desde septiembre de 2006. Después de confirmar que la tendencia era un boom en Estados Unidos, los chicos de 22 y 26 años decidieron poner en práctica clases para “aprender a seducir mujeres”. Con una investigación que incluyó charlas con asesores de moda, sexólogos, expertos en Programación Neurolingüística (PNL) y libros de mentalidad exitosa, se sintieron listos para salir al ruedo.

“Nos enfocamos en cómo hacer para volverse atractivo”, explica Iván. “A cada estudiante le decimos que tiene un hombre atractivo adentro y que tiene que aprender a comunicar sus cualidades, no intentar adaptarse a la mujer sino que la mujer lo vea atractivo tal como es. Y si no le gusta, bueno: la siguiente.” Quienes toman las clases tienen entre 20 y 30 años, y aunque en su mayoría son de clase media, también hay algunos de más nivel económico que se acercan para tomar el curso intensivo de sólo uno o dos fines de semana (en general son mensuales o semanales). Variante edulcorada de la terapia conductista, ellos ofrecen una serie de pasos a seguir para superar el problema concreto que en estos casos suele ser la extrema (extremísima) timidez a la hora de abordar mujeres.

Piense y hágase rico

El lenguaje de los cuerpos

Venza sus temores y

Aunque tenga miedo, hágalo...

...es parte del corpus teórico que ofrecen a sus alumnos, así como las pertinentes indicaciones prácticas: desde preguntar la hora por la calle hasta salir por boliches (siempre con los profesores al lado) para encarar chicas diciendo: “Hola, voy a besarte en menos de 30 segundos” y tirándoles la boca. Arriesgado. Aunque tiene sus resultados: “Noto un cambio en mi forma de comunicarme, tirando más chistes, piropeando a mis amigas, todos me dicen lo cambiado que estoy y se nota hasta en el msn, donde no saben qué decir cuando las jodo”, dice Juan Manuel, estudiante de Seducción Secreta.

Agustín, otro estudiante, cuenta: “Ya no hago eso de inclinarme sobre una persona para hablarle, porque da la pauta de que estás muy ansioso. Como en general las chicas son más petisas que yo, eso les da sensación de miedo, como que las estoy sofocando”. Con más o menos suerte, después de un par de clases lo más probable es que todos puedan al menos acercarse a las féminas. ¿Y después? Eso ya no es problema de los maestros, que saludan afectuosos y cierran la puerta despacio, mientras terminan el Manual de seducción que les encargó Planeta para que salga a la venta en el mes de noviembre.

Clases de... beso
Tu párvula boca

Son muchas las parejas que buscando renovar su empolvada rutina de cama recurren al mediático sexólogo Ezequiel López Peralta, quien conduce Simplemente Sexo por Discovery Home & Health y dicta cursos de Seducción y de Inteligencia Sexual (que llevó incluso a universidades de América latina). Pero la novedad del menú radica en el taller montado en el restó Te Mataré Ramírez para enseñar a besar.

Sobre las mesas, velas verdes, azules, rojas. Después de las presentaciones donde todos explican qué les atrajo de la propuesta (“tenemos más de 10 años de casados y queremos reavivar el erotismo”; “nos daba curiosidad”; “buscamos experimentar otras cosas”), Ezequiel les propone distribuirse en el espacio cómo más les guste: unos se esconden en mesas detrás de las cortinas, otros se acomodan en el sillón rojo, el resto se queda más o menos por donde estaba. Las luces bajan hasta llegar casi a las penumbras y empieza a sonar Mike Oldfield. “Relájense”, dice el guía y así empieza su célebre taller, valuado en $ 80 la pareja.

Casi escondido (“para no incomodarlos”), cual voz en off de Gran Hermano, Peralta empieza a tirar consignas que todos cumplen a rajatabla: a los masajes en cuello y hombros siguen los besos esquimales de nariz acompañados por caricias en pelo y mejillas. Después, los besitos “en cualquier parte menos en los labios”, y un rato más tarde la propuesta de acariciarle los labios a la pareja usando sólo el labio inferior junto a mordiscos suaves en boca, rostro, cuello. “Si antes había veda de labios, lo que voy a pedirles ahora es veda de lengua, hasta que yo diga”, dice Peralta mientras entrega vendas para que se cubran los ojos y chocolates para que “los incorporen al beso y jueguen desde el gusto”.

Obedientes alumnos de salón, las parejas cumplen. Aunque unos minutos más tarde, en medio del coffee break, la mayoría admite que les cuesta mucho eso de “tener que aguantarse”. Después llega la parte dos de la clase: los besos de presión/succión en el que uno toma con sus labios los labios de su pareja. Y después las caricias con la punta de la lengua durante casi 5 minutos. Y el “beso inclinado”” y el “giratorio”, y entre uno que se para y otro que se sienta, y ahora te toca de vuelta y cuidado que así me podés chocar los dientes, llegan al famoso “combate de lenguas” donde todo vale de la boca para adentro. Acaso el único rincón de resguardo que, ya en el cierre de la clase, habilita un placer no codificado.